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Ley de trabajo infantil en Bolivia: ¿qué dice y qué implica?

Bolivia es el único país del mundo que ha legalizado el trabajo infantil desde los 10 años, excepción. Esta medida ha sido adoptada por el gobierno de Evo Morales con el objetivo de reconocer y regular una realidad que afecta a cientos de miles de niños y niñas en el país. Sin embargo, también ha generado opiniones encontradas a nivel nacional e internacional, pues algunos la consideran contraria a los derechos de la infancia y otros la ven como una forma de proteger y empoderar a los niños y niñas trabajadores. ¿Qué dice exactamente la ley y qué implica para la sociedad boliviana?

El contenido de la ley de trabajo infantil en Bolivia

La ley que regula el trabajo infantil en Bolivia es el Código Niña, Niño y Adolescente, promulgado el 17 de julio de 20141. Esta ley establece que la edad mínima para trabajar es de 14 años, pero también contempla dos excepciones:

  • El trabajo por cuenta propia de niños y niñas de 10 a 14 años, que debe ser autorizado por un juez, por los padres o tutores y por la Defensoría de la Niñez y Adolescencia. Este trabajo debe ser compatible con el derecho a la educación, la salud y el desarrollo integral de los menores, y no debe implicar riesgos ni violencia.
  • El trabajo por cuenta ajena de adolescentes de 12 a 14 años, que debe contar con el consentimiento de los padres o tutores y con la autorización de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia. Este trabajo debe cumplir con las normas de seguridad y salud ocupacional, y no debe interferir con el derecho a la educación, la salud y el desarrollo integral de los adolescentes.

La ley también fija un límite máximo de 6 horas diarias y 30 horas semanales para el trabajo de los menores de edad, y prohíbe expresamente el trabajo nocturno, el trabajo doméstico remunerado y el trabajo en la minería, la zafra, la construcción y otras actividades peligrosas o nocivas1.

Los argumentos a favor y en contra de la ley

El gobierno de Bolivia ha defendido la ley como una forma de adaptarse a las realidades locales, donde muchos niños y niñas trabajan por necesidad o por voluntad propia, para contribuir al sustento familiar, para pagar sus estudios o para adquirir habilidades y experiencia. Según el expresidente Evo Morales, la ley busca dar una mayor protección, educación y salud a los niños y niñas trabajadores, y reconocer su derecho a trabajar como un medio de superar la pobreza y de construir una conciencia social2.

Organismos internacionales como la OIT, UNICEF o Human Rights Watch han criticado la ley por considerarla una violación de los derechos humanos y de las normas internacionales. Estas organizaciones han advertido de que la ley puede tener efectos negativos sobre el bienestar, la salud, la educación y el desarrollo de los niños y niñas, y que puede perpetuar el círculo vicioso de la pobreza y la explotación3 . También han señalado que la ley puede dificultar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, que incluyen la erradicación del trabajo infantil para el año 2025.

La ley del trabajo infantil en Bolivia trata de regular estos casos.

Una reflexión necesaria

La ley de trabajo infantil en Bolivia plantea un dilema ético y social que requiere una reflexión profunda y una acción conjunta. Por un lado, es innegable que el trabajo infantil es una realidad que afecta a millones de niños y niñas en el mundo, y que no se puede ignorar ni prohibir sin ofrecer alternativas viables y sostenibles. Por otro lado, también es evidente que el trabajo infantil es una violación de los derechos de la infancia y una forma de explotación que impide el pleno desarrollo de los menores y que compromete su futuro.

Así pues, se hace necesario buscar soluciones que garanticen el interés superior de los niños y niñas, y que promuevan su participación y su protección. Estas soluciones deben basarse en un enfoque integral y multidimensional, que aborde las causas estructurales del trabajo infantil, como la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades, la educación de calidad, la protección social, la salud, la nutrición, el ocio, la cultura y el deporte. Asimismo, deben contar con la colaboración de todos los actores involucrados, como el Estado, la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones internacionales, las familias y los propios niños y niñas.

La ley de trabajo infantil en Bolivia es un desafío y una oportunidad para avanzar hacia una sociedad más justa, inclusiva y sostenible, donde se respeten y se cumplan los derechos de todos y todas, especialmente de los más vulnerables. Es una invitación a reflexionar sobre el valor de la infancia y el trabajo, y sobre el tipo de mundo que queremos construir y dejar a las futuras generaciones.

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